Entrevistamos hoy a Beatriz Angulo Ibáñez, una voz emergente dentro de la nueva literatura riojana. Compagina su creciente actividad literaria con la profesión de ingeniera aeronáutica. Procedente de Nájera, reside desde hace varios años en Toulouse (sur de Francia), capital de la industria aeronáutica europea. Anteriormente ha vivido en Hamburgo (Alemania), Madrid y Logroño. El pasado 25 de octubre, “La Voz del Najerilla” se hizo eco de una promoción excepcional para descargar gratuitamente en formato ebook dos novelas suyas: los títulos “El riesgo de despertarse” y “Tantas balas perdidas”.
Beatriz, cuéntanos algo sobre el argumento de tus dos novelas publicadas.
– La más reciente, “Tantas balas perdidas”, se inscribe en un género policiaco teñido de humor. Trata sobre la investigación amateur desarrollada por un joven un tanto apocado, Julio Prados, en torno a la muerte de su padre Leandro, que era un auténtico mafioso y del que llevaba media vida distanciado. Durante las pesquisas el protagonista va descubriendo en paralelo quién es de verdad él mismo, desgranando una reflexión sobre el papel que juegan la infancia y la familia en la definición de lo que somos y no somos como adultos.
“El riesgo de despertarse” es una novela breve de intriga, planteada en un tono ensayístico. Es el relato de un atraco y secuestro bancario perpetrado por un hombre que se hace llamar Zeus –como el dios supremo de la mitología griega- y que asegura estar soñando, convencido de que la vivencia del atraco no es real, sino solamente una ilusión onírica. La historia está narrada desde el punto de vista de Verónica, una de los rehenes, y entreteje en la acción reflexiones sobre la trascendencia de nuestras vidas y la relación entre sueños y realidad.
Como autora, ¿consideras que existe una “literatura femenina”?
– Los temas son universales por naturaleza, la mayoría de nuestras etiquetas de “femenino” o “masculino” son artificiales. Los conflictos humanos, el interés por resolver un enigma, los interrogantes sobre el sentido de la vida, las dificultades del amor y de la familia… sontemas que conciernen a hombres y mujeres por igual. Por lo demás, es obvio que lo que somos –joven o viejo, mujer u hombre, introvertido o extrovertido- matiza nuestra perspectiva sobre las realidades universales, tanto para el que escribe como para el que lee lo escrito. Pero ésa es precisamente la riqueza que todos aportamos: la variedad de nuestros puntos de vista, que necesitan combinarse para reflejar las múltiples facetas del todo.
¿De dónde sacas la inspiración para tus argumentos y personajes?
– Por lo general, cuando escribo ficción, el argumento nace en mi cabeza a partir de un detalle anecdótico de la vida cotidiana, como una semilla minúscula de la cual brota todo un árbol. Por ejemplo, el tema para “El riesgo de despertarse” me dio de lleno una mañana tras un sueño particularmente vívido y turbador, uno de esos sueños que todos hemos tenido y en los cuales nos vemos, horrorizados, paseando desnudos por la calle o cometiendo impensables actos de transgresión (Beatriz sonríe). En cuanto a los personajes, me interesan los antihéroes con sus debilidades e imperfecciones, la gente normal como tú y como yo que se ve inmersa en situaciones inesperadas y que aprende a desenvolverse en ellas, con frecuencia, mejor de lo que lo haría un superhéroe perfecto e improbable.
¿Dónde pueden encontrarse a la venta tus novelas?
– Tanto en formato ebook como papel, están disponibles para compra online en Amazon. La única librería convencional en la que pueden adquirirse mis novelas es, por ahora, la Santos Ochoa de la calle Calvo Sotelo en Logroño. También están disponibles para préstamo en la Biblioteca Pública de La Rioja de la calle La Merced.
Parece evidente que escribir un libro puede llevar meses o incluso años de trabajo. Más todavía cuando esa actividad no constituye aún una profesión y se compagina con un empleo demandante y con responsabilidades familiares. ¿De dónde salen la energía y la motivación para escribir?
– El deseo de escribir una historia surge de una obsesión íntima: es la necesidad imperiosa de plasmar para ti mismo y para tu círculo una emoción o convicción que parece llamarte a gritos, y que pide incansablemente ser desarrollada en palabras. La pasión por escribir es sentir en tu propia carne que todo lo que ya ha sido dicho no es suficiente. Hasta donde puedo recordar, durante toda mi vida siempre he estado escribiendo algo: cuentos y poemas en mi infancia, más tarde relatos de viaje –una de mis grandes aficiones es viajar- y des-pués novelas.
Una vez terminada la redacción, sin embargo, publicar es otra cosa. Publicar, a diferencia de escribir, no es un ejercicio íntimo sino exhibicionista, y el paso de uno a otro me ha requerido vencer una cierta resistencia interna. Cuando páginas y páginas de obras empiezan a agolparse en tu cajón, cuando te parece que una historia en particular merece ser transmitida para inspirar a otros, entonces empiezas a pensar en la “vertiente social”, la misión ancestral del contador de historias al amor del fuego; misión que implica exponerse a la intemperie de las críticas y los desaires. Es un paso que demanda osadía, y de hecho no todo lo que se escribe pasa tu filtro interno de “esto podría ser publicado” –y es saludable que así sea-. Pero lo cierto es que el mundo necesita contadores de historias que nos hagan soñar y ampliar nuestros puntos de vista. En estos tiempos de pandemia y cuarentenas, el libro ha demostrado más que nunca ser el mejor compañero para sobrellevar nuestras adversidades, dicho sea con perdón de la televisión y del navegar por navegar en Internet.
Para estas dos primeras novelas has optado por la fórmula de la autopublicación, un fenómeno relativamente reciente. ¿Cómo ha sido la experiencia?
– Está siendo una experiencia positiva e interesante. Hoy en día, para publicar, lo más difícil es superar el vértigo de mostrar al mundo el fruto de un largo esfuerzo privado, sin tener detrás una mano profesional -editorial, agente o “padrino” literario- que te dé una palmada en la espalda y te diga: “¡Adelante, no tengas miedo!” (Beatriz sonríe). Pero si este vértigo se supera, entonces la puerta está abierta a un mundo rico en oportunidades de expresión pública. Lo que las redes sociales han revolucionado en el campo de la opinión y la comunicación, lo ha revolucionado la autopublicación para la literatura. Antes, la simple carencia de un “padrino” o mecenas y las inciertas expectativas comerciales condenaban muchas obras interesantes al silencio perpetuo. Ahora, es posible autopublicar un libro no solamente en formato ebook sino además en formato papel, a través de plataformas de Internet sin coste para el autor; aunque por supuesto, eso implica que los escritores y escritoras debemos hacernos cargo de todas las tareas de producción del libro: formateado o maquetación, verificación, diseño de cubierta, etc.
Amazon impone a los autores unos precios mínimos de venta tanto para el ebook como para el libro físico, a fin de asegurar su beneficio como distribuidor -es la compensación que recibe por dar la oportunidad de autopublicar-. De vez en cuando nos permite, sin embargo, ofrecer promociones para descarga gratuita en ebook, como la anunciada en “La Voz del Najerilla” el pasado 25 de octubre. Me gusta dar a conocer este tipo de promociones gratuitas, porque el paso de autopublicar se centra en dar difusión y en compartir la literatura, no en el beneficio comercial. Habrá otras promociones de descarga gratuita los próximos domingos de diciembre y de principios de enero, coincidiendo con las festividades navideñas.
Tus próximos proyectos literarios, ¿serán también novelas de intriga, como las dos primeras?
– No necesariamente. De hecho tengo prácticamente terminada una narración de viajes –de no ficción- basada en una experiencia real a bordo de un velero, atravesando el Mediterráneo, el Atlántico y el Caribe y tocando una veintena de países. Corresponde a una vivencia auténtica que compartí entre 2013 y 2014 con mi marido Holger, de nacionalidad alemana. Pero también estoy escribiendo una nueva novela de corte policiaco y ambientada en Toulouse; es cierto que, en ficción, me gusta la intriga como hilo conductor, de forma que sirva como médula para un tema de trasfondo más complejo. Tengo además un tercer texto de no ficción en preparación, basado en la aventura de convertirse en padres e inspirado en el nacimiento y primeros meses de nuestros dos hijos, pero los propios dos hijos nos dan suficiente trabajo como para que estos proyectos lleven cada uno su ritmo (risas).
Una última e inevitable pregunta, ¿tienes previsto escribir alguna obra ambientada en La Rioja?
– Podría ser un buen proyecto futuro, por supuesto, un homenaje a mi tierra desde la año-ranza de la distancia.
– Como he contado antes, el deseo de escribir un libro –aunque acabe publicándose y divulgándose más tarde- suele partir de un impulso intimista; en este caso, para mí partiría del deseo de recoger para mis hijos un testimonio de los lugares de mi edad temprana.
Mi infancia entre Nájera y Logroño, donde conservo a mi familia y amigas; las excursiones a las sierras de Cameros y de la Demanda; la vida de los viticultores y bodegueros que hay en cada linaje, el carácter animoso y acogedor de nuestra gente, todos ellos son paisajes hermosos, geográficos y humanos, a los que desearía algún día homenajear con una narración.